Mariposas de la noche
Libro de cuentos enlazados
Este espacio
ha sido creado
para contener
el libro de historias
"Mariposas de la noche"
publicado
en forma de capítulos
semanales
en mi otro blog.
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Capítulo 07
EN LAS TELAS DE UNA ARAÑA
Los años iban dejando huellas en Mara, cobrándole el alto precio de su vida nocturna. Pero, bueno, tenía una hija, Marita, de quien preocuparse, y debía enfrentarse a todo sin ayuda de nadie por lo que, a no ser por los días en que su hijita estuvo enferma, nunca faltó a su trabajo de alternadora.
Un buen día noto que las arrugas comenzaron a presentarse en su cara. Primero fue una línea fina alrededor de sus ojos, luego otras en la comisura de los labios y de a poco fueron arando con surcos el liso de su frente. Dándole un aspecto mayor en años de los que en verdad tenía.
Era como si una invisible y laboriosa araña entretejiera, con el marcado nerviosismo de sus patas, los primeros hilos de una finísima tela. Allí, muy por debajo de su piel. Por cada noche... la araña, abocada a su tarea, tejía un nuevo pedacito de la nueva tela...
Su vida era rutinaria. Por la mañana llevaba a Marita al colegio. Lavaba la ropa, al regresar y hacía las compras. Más tarde retiraba a Marita. Cocinaba para las dos. Para culminar en el largo y merecido descanso de la tarde y por la noche de vuelta a la noche de copas.
En esas largas tardes de siesta, su hijita jugaba, con una enorme variedad de juguetes que había podido comprar la trasnochada vida de su madre. Normalmente lo hacía sola, recurría a esa peculiar y fértil imaginación que tienen los niños para inventarse imaginarios y fieles compañeros de juegos. Así, el patio de su casa era de pronto: la verdulería, el almacén o la panadería donde hacía las compras su mamá. Otras veces imitaba clases, aprendidas en el colegio, acompañándolas de palabras y gestos, mientras le acomodaba posturas a su muñeca preferida.
Al crecer, Marita, fue cambiando esos inocentes juegos de muñecas por las cosas de mujer de la cartera de su madre. Así, el rouge y los cosméticos, hacían malogrados intentos de pintarle la cara mientras chancleteaba el patio con la dificultad forzada por unas negras sandalias de tacones altos, muchos números más grandes. Las mismas negras sandalias que por las noches recorrían, los rincones oscuros del boliche entre un cliente y el otro.
Mientras, la araña tejía…
El rostro de Mara seguía cambiando, como cambian las hojas, que resecas y amarronadas son arrancadas de los árboles por los vientos del otoño, quienes las empujan al paso de la gente en transitadas veredas, donde son pisoteadas para terminar fragmentadas y perdidas en los acumulados montículos de la hojarasca.
Marita, con el paso de los años se convirtió en mujer, Conoció un muchacho y como era propio de sus jóvenes años se enamoró. Al poco tiempo y a disgusto de Mara, se fue a vivir con él. No duró mucho la relación. Un buen día el muchacho la dejó por otra. Marita regresó con su madre, pero embarazada.
La araña seguía tejiendo sus intrincados hilos…
Ya Mara, con el peso de los años encima, se sentía vieja y cansada para seguir haciedose cargo de las tres.
Así fue que Marita, ya madre también de una hijita, repitiendo la dramática broma de ese cruel destino que se entretiene creando laberintos en las vidas de algunas personas, cayó en la red de la misma araña.
Por lo tanto, aquella que de chiquita imitaba a su madre, taconeando las descoloridas baldosas del patio de su infancia, recorre ahora sus mismos pasos trabajando en la noche y en el mismo boliche.
La cara de Mara tiene ya la suficiente cantidad de arrugas para que la araña, por fin, dé por terminada su obra. Pero empujada por su propia naturaleza, no habrá de tomarse ningún descanso…
Ahora tiene un nuevo rostro para tejer...
NIDAEL DORÉ
Continuara...
Proximo capítulo el Domingo 24 de Abril de 2011
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Daniel...me has emocionado!
ResponderEliminarEs una historia tristisima...en mi tierra a Marita...se la suele llamar "carne de cañón", esto quiere decir "nacer con un destino hecho..."
Como verdaderamente tela de araña, me atrapan tus escritos..Me encanta tu forma de escribir..
Gracias Daniel y un beso, llenito de admiración
Gracias a ti por seguirme. Y si, como tu dices, triste historia. Acá también usan es frase como puro lenguaje "lunfardo" que es el de los marginados, sin saber que la mayor parte de ese lenguaje viene de nuestra herencia española, Te devuelvo el beso y ya sabes: te sigo a ti tambien
ResponderEliminarEs una historia triste pero de una manera magistral la enlazas cual telaraña cautivando al lector. Me encantó. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Marilyn, Sabes que cada comentario que uno recibe es un estímulo muy especial. un beso.
ResponderEliminarEn esta historia Marita no iba a escapar de su certero destino, cada uno tiene esa araña que marca nuestras vidas y es muy difícil escapar a esto pero no imposible. Papá me encanto como lo relatas besos.
ResponderEliminarSi quizás, el destino haya escrito nuestros pasos pero igualmente debemos intentar cambiar las cosas y no entregarnos sin luchar. Besos Hijita.
ResponderEliminarUna historia muy triste. cada uno tiene su destino marcado ,pero también hay que ayudarlo, tratando de superarse cada día . y nunca bajar los brazos tu relato genial un beso
ResponderEliminarEso es Melina. Tenemos que forzarnos a modificar nuestro destino. Es parte de nuestra obligación del vivir. Gracias por comentar
ResponderEliminarAy, qué triste. Lo peor de todo, Daniel, es que es muy real esta historia.
ResponderEliminarDebe haber cantidad de mujeres que son hijas de profesionales de la noche, que no han podido escapar de ese destino tan sombrío.
Te felicito por este grandísimo talento que muestras en tus historias
Un abrazo
Ana