Mariposas de la noche
Libro de cuentos enlazados
Este espacio
ha sido creado
para contener
el libro de historias
"Mariposas de la noche"
publicado
en forma de capítulos
semanales
en mi otro blog.
Puedes dar clic
en el siguiente enlace
para visitarlo:
Capítulo 01
LOS HUEVOS DE PASCUAS
Ana es brasilera, pero habla perfecto el castellano porque proviene de uno de esos pueblos fronterizos a la Argentina, donde una exuberante vegetación emerge desde la rojiza tierra elevando sus brazos al cielo, en un agradecido aleluya de verde y color, en su forma de dar gracias por tanta lluvia y sol acumulado. Al venirse en busca de una mejor vida, trajo también la alegría y jovialidad, tan conocida de esos lugares. Por eso es que, da gusto conversar con ella. Alegre por demás. Se ríe de todo, con una risa fresca y clara. Su blanca dentadura semeja las teclas de un piano siempre dispuesto a echar al aire las notas de imaginarios pentagramas para deleite de quienes la escuchen.
Es una de las más buscadas por los clientes del boliche.
El ser de las preferidas no le viene mal económicamente, porque no llegó sola a Buenos Aires, trajo con ella un bolso cargado de sueños, que por efímeros se le fueron escapando al aire cada vez que lo abría, hasta que un día al revisar su bolso, no encontró otra cosa que la realidad: También había traído consigo la responsabilidad de cinco hijos, aún muy chicos y… (aunque sorprenda lo que digo), un marido. La cantidad de hijos a sus jóvenes años le valió para que, quienes la conociésemos, la llamáramos, algunas veces, "Mamá coneja".
Se urge en las noches alternando entre “copas a comisión” y “salidas pactadas”, a oscuros albergues transitorios, salidas, medidas bajo las implacables agujas de algún reloj,. Pero mucho antes de que el sol rasgue las telas oscuras de los cielos con sus afiladas cuchillas y el baño de oro del amanecer se derrame sobre los techos de las casas y las cosas. Ana interrumpe las segundas y nunca sale como dicen ellas "de última", que es cuando cierra el boliche. Siempre a la misma hora regresa a su casa, para evitar el enojo de su marido, que según cuenta es muy celoso.
Ahora bien… ¿Como explico en esta historia detalles de: ¿Qué clase de celos tiene el marido?... …Es aquí que cualquiera diría: - ¿Celos?...Si consiente que su mujer trabaje haciendo copas y alquilando su cuerpo todas las noches!. Difícil de entender. Pero el caso es que ella cuenta que en verdad es muy celoso. Y lo malo es que cuando se pone celoso se vuelve violento, cosa que ella trata de evitar de cualquier manera. Alguna que otra vez se la pudo ver con morados racimos de uvas sobre la piel blanca, en sus hombros y sus brazos.
Esta noche, es la primera de la semana de Pascuas. El boliche está a full. Inexplicablemente, Ana se demora en una de esas salidas mucho más de la cuenta, y no llegará a su casa a la hora acostumbrada…
El boliche, que por estos días ha extendido su horario hasta ya bien salido el sol, como manera de resarcirse de la amarrada crisis, permanece abierto con algunos clientes desvelados. Cuando, de pronto, bajo el fuerte impacto de una patada, se abre de golpe la puerta. En ella como una visión apocalíptica, enmarcada por la luz del sol, que pugna por adueñarse de las sombras interiores, la figura de un hombre El rostro desencajado parece más sombrío al marco de un cabello largo y despeinado, una barba de varios días pinta pronunciados demacres en sus mejillas, Viste una camisa suelta de botones y cintura, que cae desafiante sobre unos renegridos shorts, más abajo un par de ojotas completan su atuendo de descuido y borrachera. Una caja de vino, tipo "Tetra Brik", se mal tiene entre sus manos.
Reclama a gritos la presencia de su mujer quien no llegó a su casa aún. Ella a esa hora tendría que estar ahí. Tiene que cumplir la obligación de atenderlo a él y a sus hijos...
Nadie… absolutamente nadie, se molesta en contestarle.
Enfurecido, pega un portazo y se va…
Mientras…mamá conejo anda por ahí…Preocupando a su marido…
Quizás se retrasó comprando huevos de pascuas con chocolate, como una muestra de cariño hacia sus hijos…
Quizás se distrajo por vaya a saber cual de cualquiera de las causas imaginables con que pudo distraerse…
Y quizás, entre tantos otros quizás, se olvidó de la furia que despierta en él cuando no llega a horario, como toda una buena madre y esposa, a ocuparse de las tareas del hogar y, lo más importante de todo, depositarle sobre la mesa el abultado y colorido puñado de billetes de todos los días.
De seguro mañana habrá uvas para mostrar…
Papá me encanto este capitulo de la novela, que realista, cosas que suceden y nadie quiere verlas. Espero volver pronto para leer el siguiente capitulo. Te felicito y te mando besos.
ResponderEliminarTu hija Naty...Admiradora Nº 1
Interesante texto! Gracias por visitarme ahora ya somos amigos!
ResponderEliminarSaludos desde Guatemala!
hola Dani,
ResponderEliminarte seguiré. Espero me sigas.
maravillosas imágenes.
un abrazo ^^
Gracias por seguir el desarrollo de los cuentos espero no defraudar con ninguno
ResponderEliminarUn capitulo es más atrapante que el anterior, muy bellas las historias, te felicito Papá...
ResponderEliminar!Dios! !qué tristeza...desprenden tus letras!.
ResponderEliminarMe gusta mucho el estilo, pero soy muy sensible al tema que tocas en él, en concreto. La violencia de género, me sacude el alma...
Un beso
Natidai
ResponderEliminarGracias hijita vos sos y seras mi mejor estímulo para escribir.
Issa
Gracias a ti por visitarme. y te devuelvo el daludo desde Argentina
Rebecca
Te sigo. y he puesto tu blog en mi lista. Un beso
Bea
Me pasa lo mismo con la violencia. pero para eliminarla primero hay que exponerla. Un beso para ti tambien
Qué fuerte y que duro tu relato.
ResponderEliminarTus historias son tiernas y crudas, como la vida misma.
Te felicito
Abrazos
Ana